Borodin: Química y Música | Chismes varios | Scoop.it
Empezaremos por un vicio inconfesable. Cuando ando deprimido, una de mis herramientas terapéuticas;oir música al máximo volumen que mi Santa me deje. Antes morir sordo que visitar un loquero. En la familia tengo dos que, supuestamente, velan por la salud mental de sus congéneres pero yo soy un familiar, no un congénere. Así que, en situaciones un poco límite, elijo una de las piezas que mi chica llama pachangueras (infundios, siempre es música clásica de lo más reputada) y, armado de una batuta de director profesional, me pongo a dirigir como si tuviera una orquesta real a pie de peana.