Mucho se ha escrito ya sobre la criticidad de la innovación corporativa. Mantener una actitud innovadora no solo posibilita el sostenimiento de una oferta adecuada de productos o servicios que evoluciona con los tiempos, sino también factores que van desde la motivación y el clima laboral, hasta la capacidad para atraer a candidatos adecuados.
Pero la innovación corporativa depende de un equilibrio enormemente difícil de mantener. Hasta las compañías con mejor reputación de innovadoras tienen problemas a la hora de gestionar y preservar ese clima. A medida que las compañías crecen, tienden irremisiblemente a la homeostasis, al equilibrio, a una especialización cada vez más asfixiante, a una esclerotización progresiva. Soluciones como aislar la innovación en departamentos o células separadas de la empresa tratan de preservar el clima innovador dentro de burbujas, pero ocultan el verdadero problema: que la mayoría de la actividad de la empresa transcurre fuera de esa burbuja, que acaba en prácticamente todos los casos restringida a una actividad marginal....
Via Noemí Benaches Bernadàs, MyKLogica
100% de acuerdo con lo que apunta Enrique Dans en este artículo y con las claves que aporta para desarrollar una cultura innovadora en la empresa, a las cuales sumaría el desarrollo de un diccionario competencial que ayude a que puedan darse esas claves, entre otras, el cuestionamiento del status quo, la colaboración y la integración de la diversidad ....
Si no fomentamos la interrelación e interactuación con nuestros colaboradores y pares, el profundizar en lo diferente o la posibilidad de aportar visiones distintas, dificilmente vamos a poder desarrollar una cultura que favorezca la innovación.