El documento aborda la necesidad de gestionar de forma eficaz unos riesgos que, debido al elevado volumen de datos personales y a la interconexión de infraestructuras, pueden dar lugar a brechas masivas de gran impacto
Las directrices están dirigidas a organismos públicos que realizan intercambios masivos de datos y sus delegados de protección de datos, ofreciendo un listado de medidas preventivas que se podrían implementar en este tipo de tratamientos