Empezaré diciendo que no me gustan mucho los smiles. Debo asociar a ellos algún rollo extraño y no resuelto de los años 90... Y no, no hago alusión a ningún viaje astral ni speedico (si bailé "exta si, exta no" fue básicamente porque musicalmente no había mucho más donde elegir. Y no, no me pillaréis en un concierto revival de Bayo, ¡ni para echarme unas risas!). Sencillamente, esa carita happy de color limón viene acompañada de hombreras, pantalones pesqueros y mucha pre adolescencia. Pero están otra vez de moda... Asi que he decidido revisitarlas, y hablar de lo que importa: su sonrisa. Porque sonreir es una máquina de hacer fortuna.